Francisco Manrique Cabrera
Poeta, profesor, ensayista, crítico literario y sindicalista perteneciente a la Generación del 30. La búsqueda de la identidad del puertorriqueño, propio de la generación que lo identifica enmarcó el desarrollo literario de este poeta.
Nació en Dajaos, barrio de Bayamón, el 25 de diciembre de 1908. Cursó sus estudios elementales y secundarios en Bayamón y Naranjito. Obtuvo un bachillerato en Educación en 1931 de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Para sufragar sus gastos universitarios trabajó en la residencia de señoritas y en la Biblioteca General. Parte del ingreso que recibía lo utilizaba para comprar libros de autores puertorriqueños. Fue creando así una colección que, posteriormente, donó a la Biblioteca General, con lo que se fundó, a su vez, la Colección Puertorriqueña.
Manrique Cabrera recibió una beca para proseguir estudios graduados en España. Obtuvo, en 1934, un doctorado en Filosofía y Letras de la Universidad Central de Madrid. Su tesis doctoral se tituló El negro en la literatura española. Tras su regreso a Puerto Rico, comenzó a ejercer como maestro de escuela superior en Arecibo y Caguas. Años más tarde, pasó a formar parte de la facultad de Estudios Hispánicos de la Universidad de Puerto Rico. En 1974, cuando se jubiló ostentando el título de ‘Profesor Emeritus’.
En 1947, organizó el primer curso de Literatura puertorriqueña. Sin cesar en su empeño de contribuir a la investigación académica relacionada principalmente al devenir puertorriqueño, publicó la primera Historia de la Literatura Puertorriqueña (1956). También, preparó y dictó un curso graduado sobre Eugenio María de Hostos.
Sus ideales a favor de la independencia del País, lo llevaron a participar desde joven en la política. Fundó dos agrupaciones independentistas: la Federación de Estudiantes pro Independencia (FUPI) en 1956 y la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios (APPU) en 1961. En 1959, fue cofundador del Movimiento pro Independencia (MPI), organización que dirigió por diez años. Como representante del MPI, viajó a varios países como Venezuela, Japón, Cuba y Ecuador. También, colaboró en la fundación del semanario Claridad, donde tuvo una columna titulada Coscorrones, en la cual discutía sobre la situación política y social puertorriqueña.
Como poeta, Manrique Cabrera se dio a conocer como exponente de la poesía neocriollista. Su primer poemario, que seguía esta vena literaria, se tituló Poemas de mi tierra tierra (1936). Por su segundo poemario, Huella, sombra y cantar (1943), obtuvo un premio del Instituto de Literatura Puertorriqueña. Ese mismo año publicó Antología de poesía infantil.
Su interés por la figura emblemática del jíbaro puertorriqueño lo impulsó a trabajar, en colaboración con José A. Torres Morales, en una edición anotada de El Gíbaro de Manuel Alonso, en conmemoración del centenario de su publicación (1949). Sus escritos fueron publicados en diversas revistas culturales de la Isla: Vórtice, índice, Puerto Rico Ilustrado, Revista de la Asociación de Maestros, etc. Entre sus ensayos se destacan “Notas sobre la novela puertorriqueña de los últimos veinticinco años” (1955), “Manuel Zeno Gandía, poeta del novelar isleño” (revista Asomante, 1955); “Décima, ¿vehículo de nuestra queja?” (Puerto Rico Ilustrado, 1943); “Literatura folklórica de Puerto Rico”, publicado por el Instituto de Literatura Puertorriqueña en 1960.
Manrique Cabrera murió en San Juan el 15 de junio de 1978. Para mantener viva la actividad de este poeta, ensayista, crítico, periodista y maestro, en 1992, se creó la Fundación Francisco Manrique Cabrera; ésta se ha encargado de publicar póstumamente los ensayos sobre Eugenio María Hostos dispersos entre las diversas publicaciones de la época; su tesis doctoral El negro en la literatura española (1992) y la columna Coscorrones (1997).
La fundación, también, publicó la edición crítica de Obra poética, la cual se divide en tres partes. La primera contiene sus primeros poemas, escritos mientras estudiaba en España, por lo que exhiben mucha influencia de la poesía española de la Generación del 27. La segunda parte incluye los poemas de su poemario Poemas de tierra tierra, Remo y reto, y Alba y nana. Estos son de estilo neocriollista. La tercera parte tiene los poemas de Huellas y Elegías en los cuales se refleja una mayor madurez y preocupación metafísica ante la muerte.
La fundación ha continuado la labor de recuperación y publicación de sus diversos ensayos para dar a conocer la obra de este poeta.